sábado, 30 de noviembre de 2019

Manifiesto de la Plataforma LaSilenciosaCat

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Tras la aprobación de la Constitución de 1978 se inició una etapa de desarrollo de libertades y democracia en España como nunca antes se había vivido. Supuso un antes y un después en la convivencia y la concordia entre todos los españoles, dejando atrás una de las epócas más oscuras de nuestra historia.

Los padres de esta Constitución supieron dejar de lado sus diferencias ideológicas, todos cedieron por el bien común del país y se unieron, en un gesto de gratitud y sentido de estado, para proporcionarnos a todos unos derechos y libertades qué aún hoy disfrutamos todos los españoles.


España es uno de los países del mundo con una Democracia plena de Derecho. Y así ha sido reconocida en múltiples ocasiones por organismos internacionales, incluso por delante de otros países de Europa.

Respeto a los derechos y libertades de los ciudadanos, aseguar la convivencia pacífica, concordia entre regiones y lealtad al Estado de Derecho y a la Constitución, deberían ser la base de una clase política al servicio de los ciudadanos.

Los políticos están al servicio de los ciudadanos, para proporcionar y garantizar sus derechos y libertades, en base al marco legal y jurídico vigente.



El artículo 1 de la Constitución dice:
"España se constituye en un Estado social y democrático de Derecho, que propugna como valores superiores de su ordenamiento jurídico la libertad, la igualdad y el pluralismo político. La soberanía nacional reside en el pueblo español, del que emanan los poderes del Estado".

Es en los ciudadanos en donde reside el poder del Estado, pero la actual clase política se ha olvidado de esta parte. Ellos son servidores públicos al servicio del pueblo, no al revés. Los políticos son nuestros empleados; nosotros los ciudadanos, somos los empleadores.


Nuestro deseo y voluntad es recuperar esa voluntad de servicio de los poderes políticos para con los ciudadanos, qué sean garantes de nuestros derechos y libertades. Qué sean merecedores del cargo que ostentan en el Congreso de los Diputados o en los diversos parlamentos autonómicos. Qué respeten y defiendan nuestro Estado social y democrático de Derecho.
Y eso solo será posible mediante el respeto y el diálogo bajo el ordenamiento jurídico y respeto al marco constitucional qué a todos nos ampara, respetando la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo político.


Han sido muchos los años en los que la sociedad ha estado adormecida y callada, años en los que los diversos gobiernos se han ido alejando de sus obligaciones, y de lo que representa ser un servidor público al servicio de los ciudadanos.


Cansados de esta ensoñación ilusoria, cansados de una clase política más preocupada por sus propios intereres partidistas que de los problemas reales de la sociedad española, hemos despertado del letargo en el cual nos encontrábamos y alzado la voz para decir BASTA.


Tenemos la obligación de exigir a nuestros políticos que nos respeten, que sean defensores de nuestros derechos y libertades.